Historia de los pobres Caballeros de Cristo

En esta profesión floreció, prospero y brilló la Orden de Caballería hasta que, se negó el amor de la justicia, no defendiendo mas, como era su deber, los pobres y la Iglesia. – Regla-

La fundación de la Orden de los Caballeros del Templo data del año 1118-19, es decir, 20 años después de la conquista de Jerusalén. Balduino II, rey de Jerusalén, concede a la Orden que tengan residencia en el ala occidental del palacio Junto a las ruinas del Templo de Salomón, por lo que la Orden fue llamada «Templo» y sus miembros «Templarios» .

El concepto de «militia Christi», introducido por San Pablo, resurge en el momento de las grandes reformas eclesiásticas de las Cruzadas, recibiendo un sentido específico cuando se aplica como el ideal de San Bernardo cuando se refiere al nuevo Caballero Cristiano, desde entonces se distingue de los soldados profesionales que ahora luchan para la cristiandad.

A los «Caballeros de Cristo» se les dio el nombre de «caballeros pobres», un nombre que de ninguna manera debe entenderse como necesitados o indigentes. La interpretación de los Padres de la Iglesia, de hecho, el término «pobre» se refiere más bien al ideal de «pobreza de espíritu» del Sermón de la Montaña. Esta pobreza tiene sus raíces en el corazón y requiere la libertad interior, independizándose de las posesiones terrenales.

 

Objetivos de la Milicia del Templo

… quienquiera que seas, Caballero de Cristo, que eliges una forma de vida tan sagrada, deberás aplicarte en esta tu solemne profesión la pureza en la dedicación y una perseverancia constante … – Regla-

Objetivo General de la Milicia del Templo:

  • El objetivo general de la Milicia del Templo es promover y establecer comunidades de Fe y vida cristiana para que en plena comunión con la Iglesia Católica Romana, se desarrolle la originalidad de esta vocación que expresa el propio estado.

Objetivos particulares de la Milicia del Templo:

  • El cuidado de la Liturgia, de acuerdo con la Tradición y el Magisterio Pontificio, y el rezo del Oficio Divino, como un servicio a Dios.
  • Profundizar en la espiritualidad y la cultura de la Caballería, como testimonio en defensa de los valores humanos y cristianos tradicionales, al igual que un servicio al ideal de la Caballería;
  • La protección y la acogida de los peregrinos y, en general, el apoyo moral y material al prójimo, según la tradición de la antigua Orden;
  • La educación de la juventud, como un servicio a la Iglesia y la sociedad civil, de acuerdo con el método de Movimiento Scout Católico